Las madres de Mar y Jaime se habían conocido hacía un par de años y ambas pensaban que sus respectivos hijos se iban a caer de maravilla. Pero no iban al mismo colegio, no vivían en el mismo barrio... Carmen, la madre de Mar, invitó a Jaime al cumpleaños de su hija, una tarde de junio. Unos días antes Jaime se cayó jugando al baloncesto y tuvieron que operarle el tobillo.
"Ya os conoceréis en septiembre, en el cumpleaños de Jaime, al que quedas invitada", le dijo Teresa, la madre de él. Sin embargo, al padre de su hipotético amigo le ofreció su empresa un puesto directivo en Alicante y toda la familia se mudó a finales de agosto.
Al año siguiente les invitaron a pasar una semana allí en julio para disfrutar de la playa. Ella no pudo ir, ese verano estaba en Edimburgo estudiando inglés.
Terminaron el colegio y empezaron a estudiar sus respectivas carreras. Un día él la buscó en las redes sociales. Se hicieron amigos en Facebook y se siguieron mutuamente en Twitter. Ninguno de los dos era muy activo en esos foros, aunque sí pudieron seguirse un poco la pista en los años siguientes. Ella vio fotos de él en una escapada con amigos a Roma. Él vio las que puso ella de las bodas de plata de sus padres.
"Estas navidades vamos todos a Madrid a pasar unos días en casa de mis abuelos", le informó él. "Estaremos del 23 de diciembre al 2 de enero. Podríamos vernos un día." A ella le pareció una gran idea. "Perfecto, dime cuándo puedes quedar a tomar un café o algo". Él le propuso que se pasara por la casa de los abuelos el 26 por la tarde.
Mar le compró un pequeño regalo de navidad, un llavero con una tabla periódica que le pareció ideal para un químico próximo a graduarse. Cuando llamó al timbre, estaba un poco nerviosa.
Le abrió la puerta Teresa. Se alegró muchísimo de verla después de tantos años. ¡"¡Qué guapa estás! ¡y qué alta!" Mar le devolvió los elogios mientras atisbaba el interior.
"Jaime y su novia se han ido hace un rato, justo después de comer", le anunció en cuanto le cogió el abrigo. "A ella la han llamado del trabajo. Tenía vacaciones pero un compañero ha sufrido un accidente y le han pedido que las aplazara porque la necesitaban."
Los dedos de Mar apretaron con tanta fuerza el paquetito del llavero que se le pusieron blancos.
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