Uno de mis paseos habituales me lleva por una zona que me trae recuerdos del colegio. No de mi primer colegio, el que mencionaba en la entrada anterior, sino del segundo, en el que estuve siete cursos. Paso de vez en cuando por delante del edificio que ya hace muchos años dejó de albergarlo. Buena parte de los alumnos vivíamos más o menos cerca e íbamos andando desde nuestras casas. Y recuerdo perfectamente los portales y las viviendas de algunos compañeros.
Carmen estuvo tres años en mi clase. Vivía en un chalet en la calle D..., alquilado por sus padres. Tenía jardín, piscina compartida con otros y un garaje donde hicimos muchas fiestas en nuestra adolescencia. Fue su hogar hasta que los dueños lo reclamaron para un familiar, creo. En realidad volvieron a alquilarlo. Hace unos años se convirtió en una guardería. La última vez que pasé por delante lo estaban derribando.
Cecilia vivió con su familia en la calle S... Llevaban bastantes años ya en España. Eran cuatro hermanos, la segunda estaba en la misma clase que mi hermano mayor. Recuerdo pocas cosas pero jamás olvidaré que en su casa vi por primera vez una cobaya. La llamaban Ñatón.
El padre de Inés, diplomático, alquiló un piso en el paseo H... durante el tiempo que estuvo destinado en Madrid. Había estado en otros países antes. Uno de los hermanos pequeños había nacido en Japón y otra en no sé qué país europeo. No recuerdo si estuvo uno o dos años en el colegio. Hicimos buenas migas. Hablaba español muy bien aunque no era su lengua materna. Me pregunto qué otros idiomas conocía.
Cristina vivía en la calle D... No recuerdo si estuve en su casa alguna vez pero su entrada ajardinada y su portal eran y siguen siendo inconfundibles. Tenía una cuesta arriba bastante empinada para ir al colegio, que evidentemente era una maravillosa cuesta abajo para volver.
José Antonio vivía mucho más cerca de mi casa que todas ellas, en la calle P... Eran tres hermanos, todos muy distintos de aspecto y de carácter, o eso me parecía a mí. Él llevaba una colonia de adulto que olía de maravilla. Todavía la reconozco cuando alguien que la usa pasa por mi lado.
Con Dulce y Alejandra coincidí muy poco tiempo en el colegio. Volvieron a Guatemala, de donde habían salido en tiempos duros de gobierno militar... que todavía seguían cuando regresaron. Durante algún tiempo, no mucho, me carteé con ellas.
Sara, Isabel y otra Cristina también vivían por la zona pero no sabría decir dónde. En general, al salir de clase los alumnos nos dividíamos en grupos que iban calle arriba, calle abajo o por la perpendicular; luego nos íbamos disgregando. Algunos cogían el autobús y a unos pocos los venían a buscar. Eran tiempos en los que con doce años los padres nos dejaban ir y volver solos. Yo tenía varios hermanos en el colegio pero ya en la adolescencia preferíamos ir con nuestros amigos y no juntos. Después se sumaron los más pequeños y tuvimos que responsabilizarnos de llevarlos de la mano hasta que tuvieron edad para ir por su cuenta.
Guardo muchos recuerdos de mi infancia y mi adolescencia. Tenía muy buena memoria. Siento decir que ahora ya no.