Si trabajáis en televisión o en cine, sabréis que el
negro tiene un significado específico. La pantalla se va a negro por un motivo
concreto, a veces buscado y otras indeseado. Hablemos de ello.
Una frase nada inhabitual en los guiones cinematográficos es
"Fundido a negro". La imagen se oscurece hasta dejar paso a una negrura
total. Se puede utilizar por muchas causas. Un motivo
habitual para fundir a negro es separar una parte de la historia de otra, algo
que añade dramatismo a la transición. Otro uso, si se trata de un plano
subjetivo, es para indicar que el personaje se desmaya o que lo han dejado
inconsciente, que ha muerto o simplemente que ha cerrado los ojos. También se
puede usar para omitir algo terrible, truculento, como un asesinato.
En la ficción televisiva su empleo es similar. En los
informativos no se suele utilizar; es más, se rehúye. La información es algo
ágil, que no se detiene, y dejar la pantalla en negro desconcierta al
espectador, que no entiende qué está pasando.
Por eso una de las pesadillas de las cadenas de televisión
es "irse a negro". El negro en la tele es como el silencio en la
radio: mala señal. Si se ha ido a negro, algo ha fallado.
O alguien ha cortado la emisión, como en aquella histórica huelga general en España el 14 de diciembre de 1988. A medianoche, la televisión se fue a negro. Aquello sigue siendo un símbolo.
Esta entrada participa en la convocatoria #relatosNegro de @divagacionistas