Cae la noche y la vida se va vaciando. Poco dormir y menos aún soñar ofrece esa cama. Para qué cerrar los ojos si nada vuelve de madrugada.
Rehúyo los lugares donde se congeló el último recuerdo. Los recuerdos ya no llevan a ninguna parte.
El silencio a estas horas no es acogedor. Hace eco.
Y el pensamiento no sabe encontrar un camino conocido para volver a casa.
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